Después de tres años de trabajo, quedó oficialmente terminado el nuevo Complejo Penitenciario de Benjamín Paz. En un acto celebrado ayer, se inauguró el segundo módulo preparado para albergar a 800 personas privadas de la libertad, extendiendo su plaza a 1.600 cupos y convirtiéndose en una de las obras más importantes de la región del noroeste argentino. Luego de la inauguración, los efectivos del Servicio Penitenciario iniciaron los primeros traslados de detenidos en comisarías hacia el penal, que ahora no sólo cuenta con pabellones de alojamiento sino también con espacios de escolarización y de talleres para que los reos aprendan un oficio.

Bajo un incesante sol y a 55 kilómetros de la ciudad de San Miguel de Tucumán, el penal de Benjamín Paz abrió sus puertas para recibir al gobernador, Osvaldo Jaldo; al vicegobernador, Miguel Acevedo; al ministro de Seguridad, Eugenio Agüero Gamboa, y a decenas de autoridades de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, que estuvieron presentes en la inauguración de la última etapa del Complejo.

El centro está ubicado en Trancas, a la vera de la ruta 9 y cuenta con un predio de 130 hectáreas, con 18.000 m² cubiertos. Su obra se inició a finales de 2022, cuando Jaldo estaba a cargo del Poder Ejecutivo de forma interina.

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En diciembre de 2024 se había habilitado el primer módulo con cuatro pabellones que actualmente albergan a aproximadamente 800 reclusos que estaban alojados en diferentes comisarías de la provincia. En su momento, las autoridades informaron que los cuatro pabellones restantes ya estaban listos en su infraestructura y prometieron que pronto terminarían las instalaciones correspondientes. Ocho meses después el gobernador cortó la cinta que indicaba la apertura del nuevo módulo.

Particularidades

La Unidad cuenta con un perímetro de seguridad cercado por triple alambrado y torres de control, una calle central que se conecta con las distintas unidades, y espacios comunes. Además de tener cuatro pabellones nuevos que permite duplicar su población, este nuevo módulo se caracteriza por incluir una escuela y biblioteca, un zoom de visitas, salas destinados para cultos religiosos, una sala para realizar audiencias judiciales, espacios para practicar talleres y áreas destinadas al trabajo, la recreación y la actividad deportiva.

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“El objetivo es que el detenido no tenga una vida ociosa sino que realice trabajos. A la mañana tiene un régimen donde se levantan a un horario determinado, desayunan, luego higienizan sus cosas, se higienizan ellos, realizan su actividad designada y almuerzan. Y así sigue su día. La idea es que tengan una vida ordenada y que aprendan un oficio o estudien una profesión y luego trabajen para mantener a sus familias, devolver la indemnización a las víctimas y paguen lo que se está gastando en su manutención en el penal”, señaló Agüero Gamboa en diálogo con LA GACETA.

La obra estuvo a cargo del presidente de la Cámara Tucumana de la Construcción, Jorge Garber. Para el diseño del establecimiento se guiaron de los lineamientos de la Ley 24.660, que regula la ejecución de las penas privativas de libertad en Argentina. La distribución de los espacios está pensada para optimizar la vigilancia, reducir los niveles de tensión interna y favorecer una convivencia segura tanto para los internos como para los 1.372 agentes penitenciarios que prestan servicio en el lugar.

Según explicaron las autoridades, los internos serán alojados en módulos diferenciados según el tipo de delito, la conducta y la condición de la pena, en línea con las normativas nacionales y los tratados internacionales de Derechos Humanos.

Traslados

Apenas finalizó el acto de inauguración, aproximadamente 70 efectivos de la Dirección de Unidades Especiales, dirigidos por los comisarios Daniel Robles y Raúl Melián realizaron el traslado de los primeros 20 detenidos alojados en la Brigada de Investigaciones hacia el penal.

Durante los próximos días se irá avanzando paulatinamente con los reclusos de las comisarías de la Capital que se encuentran más saturadas, para descomprimir su población. Luego se procederá a trasladar a los reos condenados o procesados con prisión preventiva que están en las dependencias policiales del interior de la provincia. “Este es un plan que fue diseñado en conjunto con los jueces de Ejecución”, dijo el ministro de Seguridad.

BENEFICIO. Jaldo destacó que se descomprimirá el sistema de seguridad.

"Hoy inauguramos una cárcel que no solo amplía la capacidad del sistema penal, sino que también devuelve a la calle a cientos de policías que estaban cuidando detenidos en comisarías, cuando su función es proteger a la ciudadanía”, afirmó el gobernador Jaldo en su discurso. El primer mandatario también informó que la obra contó con una inversión superior a los $27 mil millones y dijo que en un año y nueve meses, Tucumán pasó de 1.200 a casi 2.000 plazas penitenciarias gracias a obras como esta y a la reciente apertura de Delfín Gallo. Por último, adelantó que está previsto que el próximo año se concluya el complejo penitenciario de Las Talitas, destinado a albergar a 600 personas.

“El Gobierno provincial terminó pagando esta obra”, dijo Jorge Garber en la inauguración del penal de Benjamín Paz

“Transcurrieron 100 años desde que en Tucumán se inauguró un servicio penitenciario. Además, del esfuerzo del Estado, las empresas privadas han hecho su aporte. Sabían que teníamos algunas incertidumbres acerca de cómo se iban a desenvolver los desembolsos y, sin embargo, apostaron por este proyecto”, destacó el vicegobernador.

Al finalizar la ceremonia inaugural, los efectivos del Servicio Penitenciario, acompañados por el director Antonio Quinteros, le ofrecieron una visita guiada por las instalaciones al presidente de la Corte Suprema de la Provincia, Daniel Leiva, a los magistrados del Colegio de Jueces y a otras autoridades del Poder Judicial para que conozcan a fondo el nuevo módulo.